Cepo al dólar. Crecen las consultas por cajas de seguridad extrabancarias

La Nación – 25 de septiembre

Los jugadores del sector aseguran que las consultas aumentaron hasta un 60% en comparación con lo habitual y que desde agosto se están viviendo meses «récord», incluso mejores que los que históricamente fueron los de mayor demanda: julio y diciembre.

Objeto de deseo permanente, en la Argentina más de uno duda en guardar los dólares debajo del colchón, si bien los especialistas sostienen que el sistema bancario argentino está sólido. Por estas semanas, las empresas de cajas de seguridad extrabancarias reportan un crecimiento de las consultas y un avance en las contrataciones, mientras que las bancarias siguen operando a máxima capacidad y con listas de espera.

Los jugadores del sector extrabancario, que no son muchos, aseguran que las consultas aumentaron hasta un 60% en comparación con lo habitual y que desde agosto se están viviendo meses «récord», incluso mejores que los que históricamente fueron los de mayor demanda: julio y diciembre.

El de las cajas de seguridad extrabancarias es un negocio relativamente nuevo en la Argentina: En 2014, Hausler fue la primera compañía en dedicarse exclusivamente a la actividad. Otras firmas ofrecían alquiler de cajas, pero como parte de otros servicios adicionales.

El de las cajas de seguridad extrabancarias es un negocio relativamente nuevo en la Argentina

«Hoy la demanda está muy alta, con meses como agosto y lo que va de septiembre con récord. Tenemos sucursales sin disponibilidad y lista de espera, como la de microcentro; la de Belgrano en un 90% de su capacidad y la de Pilar, que tiene una disponibilidad de cajas muy grande, está demandada en un 80%», explica Jorge Gatto, CEO de la firma. El ejecutivo asegura que la empresa acelerará su plan de expansión apenas haya mayores posibilidades de construir sin problemas para abrir nuevas sucursales.

Ingot, otro de los jugadores que se sumó recientemente, también reporta un boom de demanda. «Las visitas a nuestra página web han llegado a 500 por día, el doble del promedio del mes anterior, y las consultas en el call center aumentaron en un 60% respecto de los últimos meses», explica Juan Piantoni, socio de la firma.

Según datos del Banco Central, a fines del año pasado había US$175.000 millones «en el colchón», es decir, por fuera del sistema

Piantoni adjudica estos movimientos al clima de incertidumbre generado por los anuncios del Banco Central, y también a un clásico argentino, la inseguridad. La demanda crece en el sector extrabancario, además, porque en el bancario ya no hay más lugar. Las cajas de seguridad de las entidades financieras históricamente tienen porcentajes de ocupación superiores al 90% y trabajan con lista de espera.

Juan Carlos Pinelle, presidente de la cordobesa Security Box, asegura que, desde fines de mayo, hubo una disminución en las locaciones e incluso cierre de cajas de seguridad por «falta de uso», según aseveraban la mayoría de los clientes. Sin embargo, desde julio esa tendencia se revirtió. «Especialmente en las últimas semanas, son muchas las consultas con respecto a nuestra disponibilidad de cajas para alquilar, situación que por el momento atendemos sin dificultad, ya que contamos una disponibilidad de aproximadamente el 15% para nuevas operaciones», explica.

En la Argentina, un país en el que la gente piensa dos veces antes de meter los dólares debajo del colchón por razones de seguridad, el de las cajas se convirtió en un buen negocio. Los jugadores del sector extrabancario prometen horarios extendidos (atienden hasta últimas horas de la tarde y los sábados, a diferencia de los bancos, aunque en este momento trabajan con esquemas más acotados por la pandemia) y un especial énfasis en la seguridad.

Según fuentes del sector, alquilar una caja chica de 10x15x60 puede costar desde $22.000 al año, con una cobertura incluida de US$50.000.

De acuerdo con los datos del Banco Central, a fines del año pasado había US$175.000 millones «en el colchón», es decir, por fuera del sistema, en los hogares o en alguna de las 24.000 cajas de seguridad que se calcula que hay en la Argentina.

Por: Sofía Terrile, La Nación

Hay 24.000 cajas de seguridad extrabancarias a las que no se puede acceder por la cuarentena total

La Nación – 28 de Abril

Después de varias idas y vueltas -y un viernes fatídico de colas de varios metros- los bancos abrieron, al menos parcialmente, y muchos pudieron acceder a su dinero para hacer frente a las obligaciones propias de una economía casi paralizada por el coronavirus. Pero, mientras tanto, hay unas 24.000 cajas de seguridad extrabancarias a las que, desde el 20 de marzo pasado, todavía nadie pudo acceder.

Los fondos que están en esas bóvedas pertenecen a empresarios que necesitan pagar sueldos o a personas que deben acceder a dinero para hacerle frente a gastos cotidianos en un contexto en el que muchos se quedaron sin sus ingresos, en el caso de que fueran variables. Al menos eso alegan las empresas que alquilan cajas de seguridad extrabancarias, como Hausler, el principal jugador del mercado, y la cordobesa Security Box.

Juan Carlos Pinelle, presidente de Security Box, explicó a LA NACION que, al no ser consideradas como empresas pertenecientes al sector bancario o financiero, no están dentro de las actividades esenciales. En la carta que le envió al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, el ejecutivo detalla que los locatarios de 1300 cajas que la firma maneja en la capital cordobesa tienen «coartada su actividad comercial» y no pueden pagar sueldos ni servicios.

Además, Pinelle alega que la empresa tiene muchos clientes avanzados en edad que precisan acceder a esos fondos por cuestiones «vinculadas a salud y alimentación». En la carta, el ejecutivo pone a disposición su establecimiento para cualquier inspección previa necesaria para obtener autorización para funcionar, y se compromete a cumplir con los protocolos sanitarios pertinentes.

Mientras tanto, desde Hausler, la compañía nacional que maneja la mayor porción del mercado de 24.000 cajas privadas no bancarias que existen en el país, enviaron dos cartas formales al Gobierno de la ciudad de Buenos Aires y al de Córdoba para «pedir la posibilidad de volver a operar, bajo estricto cumplimiento de protocolos de medidas sanitarias y distanciamiento social», según explicó su CEO, Jorge Gatto.

«Tenemos clientes que trabajan en las actividades consideradas esenciales y necesitan acceder a sus cajas de seguridad y hasta hoy no lo han podido hacer. Mantenemos contacto telefónico y mediante los canales digitales con ellos y nos reiteran su necesidad y urgencia», detalló el ejecutivo.

Uno de los últimos jugadores en llegar al mercado, Ingot, creada por el exCEO de Hausler a fines del año pasado, también considera «razonable» que se permita la operación de cajas de seguridad para clientes particulares.

Juan Piantoni, socio de la firma, explica que la mayor parte de sus clientes son transportadoras de caudales o mutuales y cooperativas, actividades exceptuadas que pueden visitar sus bóvedas, por lo que tiene sus puertas abiertas con el protocolo de higiene pertinente, pero que la compañía también tiene una porción chica de clientes individuales a los que hoy no les puede brindar servicio.

El negocio de cajas de seguridad extrabancarias es relativamente nuevo en la Argentina. En 2014, Hausler fue la primera compañía en dedicarse exclusivamente a la actividad. Otras firmas ofrecían alquiler de cajas, pero como parte de otros servicios adicionales.

Los jugadores del sector prometen horarios extendidos (atienden hasta últimas horas de la tarde y los sábados, a diferencia de los bancos) y un especial énfasis en la seguridad. Según fuentes del sector, alquilar una caja chica de 10x15x60 puede costar desde $17.000 al año, con una cobertura incluida de US$50.000.

Por: Sofía Terrile